20.1.09

Un día de jigging - Cap.1

Comprobando el parte metereológico, el barco preparado, el equipo en meticuloso orden y bastantes jigs para la batalla naval. La bomba del motor irriga agua perfectamente y una nueva cinta sujeta mis Polaroid para evitar caídas inoportunas.
El “plan contra los pelágicos” está listo. Levantarnos temprano y subirse al barco. El agua transparente, el barco enciende a la primera y vas planeando a 15-18 nudos con la salada brisa en tus mejillas y tu corazón golpeando fuerte.
Ahora sacamos el mágico libro de las marcas secretas del GPS, conocimientos que vienen de otro libro secreto, de anteriores experiencias de pescadores. Todo comienza, el gran plan entra en acción, caídas, recuperaciones rápidas en medias aguas “mudding” “pirking” cambio de jig, corto, largo, rosa, fluoro…
El pescado aún no aparece y la paciencia no va hacia la virtud como el viejo dicho manda… sino, de hecho va en la dirección contraria.
La tripulación comienza a ponerse nerviosa y la tensión aumenta en la cubierta, lo que era una agradable temperatura comienza a subir alarmantemente. El bip-bip constante de la sonda comienza a apretarte las tuercas. El tic-tac continua y nada ocurre ¡nada! El sol está en lo más alto y apenas una decente picada que excite al más novel de los que estamos en el barco.
Las dudas comienzan a tendernos una trampa ¿estarán bien hechos los nudos que has atado? o ¿has elegido la línea demasiado gruesa? A propósito, ¿cuánto tiempo tiene, 2 años, 3 años? ¿era de 10 ó 15 Kg.? por que parece de 8 Kg., una voz al fondo de tu mente dice…para mi que parece poco transparente.
Puede ser que debería poner el sombrero a la espalda mientras examino detenidamente el libro de mareas (otra vez) o podría conducir el barco con la nariz o con el pie izquierdo… eso podría ayudar también.
Continuará

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